miércoles, 27 de mayo de 2009

Noche de lluvia.

Perdone señor. No le oigo, lo estoy intentando, pero no consigo que me lleguen sus palabras.

Esque esta calle, mi calle, está repleta de gente. Grupos en corros cerrados y herméticos que no van a dar la vuelta cuando les pida silencio, por compasión. Parejas que se miran a los ojos y que tienen las puntas de las naricitas pegadas. No puedo ver sus labios pero sus risas y sonrisas resuenan fuerte, asique de verdad señor, no le puedo oír.


¡Pero por favor, no me grite! ¿No ve que no es eso lo que le estoy pidiendo?

Bastaría con que se acercase un poco a mi oreja. Escucho mejor con los ojos cerrados. Pero no se haga ilusiones. Hace unos años colé mi corazón de un raquetazo (con la parte trasera de una guitarra) entre las puntas de los pies de dos muertos vivientes (un muerto y una muerta).
Una pena, oiga, que yo no sea precisamente una muerta viviente después de tal suceso. Sino más bien una zombie vivaracha o una robot con problemas existenciales.

sábado, 23 de mayo de 2009

walkby song


......Yes, I know this is not the shortest way to get to the market.

And I could be late,

and I could even get lost..

You will be at some better place with some better people when I pass by your window..

And after all, nothing is going to happen.

Nothing is going to happen..

Nothing is going to happen.


Anyway, if I forgot about you, you would give me a call.

domingo, 10 de mayo de 2009

1994

Unos días después de llegar la casa nueva en aquel pueblecito Dani salió a pasear en la bici. No conocía los terrenos ni las calles, y sus padres tenían miedo de que se perdiese, porque era pequeño. Aún así lo dejaron salir, para que pudiese hacer amigos y así no estar muy solo en el cole.

Para quedarse tranquilos le habían comprado un casco. Tuvieron mucha suerte.. encontraron en una tienda uno que sabían que le encantaría a su hijo. Era amarillo con dibujos pequeños de coches.


Paseando llegó hasta un parque y vio que había unos cinco o seis chicos mayores que él. Tal vez los conocería más tarde... Tal vez serían amigos suyos en el colegio.. Los miró y sonrió, y siguió hacia delante despacio.
Los chicos rápido se subieron en sus bicis (unas bicis grandes, pero viejas) y comenzaron a hablar entre ellos y a reirse fuerte, pedaleando al mismo ritmo que Dani. Los chicos empezaron a tirarle piedras al casco nuevo y Dani prefirió seguir mirando al frente y disimular que estaba muerto de miedo.
Los chicos, después, le preguntaron que porqué llevaba casco, que si era un maricón, y como no contestaba, se lo gritaban más y más fuerte.
Dani aceleró el ritmo intentando volver a su casa, pero los chicos también... y en el infinito trayecto creyó haberse perdido varias veces. Tenía muchas ganas de llorar, la garganta le quemaba y sabía que sus mejillas estarían de un rosa intenso.

Cuando llegó a casa, sus padres estaban ahí, en el jardincito de la puerta...pero los chicos no dejaban de perseguirlo.

-¿¡Dani, ya has hecho amigos!? -preguntó su padre, orgulloso. -Pasad todos y os tamais una cocacola que acabamos de montar la mesa....
Dani metió la bici en casa como pudo y los chicos seguían riendo, mirándose los unos a los otros. No se lo podían creer.

Los chicos siguieron pedaleando y se fueron comentando lo genial que iba a ser ver a ese crío todos los días.
Dani llamo a su padre con la voz quebradiza, desde dentro de la casa y comezó a llorar con un horrible dolor en el pecho.