No es consuelo, por ahora,
saber que estamos solos
pero vivos.
No me queda tiempo en la vida
para agradecer que por ti,
que no estás,
ya no me sirve el fulgor prudente.
Que sólo me sirven los
"¿cuando vuelvo a no verte?"
si al pronunciarlos con los pies en la tierra
me provocan el movimiento y la muerte.