De todas las cuestiones que puedan haber surgido, responderé la que al menos yo, considero la primera: ¿Por qué?
Por qué irse, quiero decir.
Muchas personas han invocado al Tema del deseo de Dejarlo todo y Escapar, y se me ha aparecido y manifestado y personificado en los más diversos lugares y momentos (antes de un examen, después de un examen, en la más cómoda reunión de fumadores de hierba habituales, en cafés, en el tren de cercanías, camino ya de casa tras una gran noche de sábado, en mi propia casa) a través de las bocas más pintorescas, o preciosas, o dolorosas, o no del todo sinceras, o maniáticas.
Por ejemplo, mi amigo Luis quiere dejar el país porque, al no poder superar su odio obsesivo-compulsivo a las faltas de ortografía, prefiere ser feliz todos los años que tarde en conocer la gramática rusa mejor que los rusos con los que conviva.
Pero he encontrado razones que se han dejado clasificar, para empezar, las físicas. El olor del aire, la dureza del agua, la condenada ortogonalidad de los edificios, la ausencia de césped, la lejanía de las montañas) Hay quien puede confundir la historia de su vida con una novela carcelaria.
Por otro lado están, las razones psicológicas. Y de todas ellas destaco la que denomino "gentitis". Sin atender a comportamiento concreto de los individuos ni de los grupos, la concentración de gente puede crear afecciones tales como la pérdida del sentido de la amistad, el uso de los demás como compañía temporal, el olvido de los intereses personales, el olvido de los intereses ajenos o la total abstracción, saturación.
Existen también las razones biológicas. La búsqueda de la diversidad, el gusto irremediable por los pelirrojos, la necesidad de confluencia de miradas.
Y por último, las razones verdaderas:
No haber encontrado en un lugar ni a la soledad; ni a la gente.
Yo cogería un gran cacho de la primera razón, "la física" y haría un mejunje con cachitos pequeñitos de algunas razones de este primer capitulo.
ResponderEliminarNo, Gi.. Tu no te vayas!
Eliminaraunque yo no lo dejaría todo...
ResponderEliminarNo se dice pelirrojo, se dice zanahorio.
ResponderEliminarQuién diría que cada vez nos parecemos más y más y más...
ResponderEliminar:) Si? Pues.. si es así, es maravilloso y podemos aprovecharlo.
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