Esa faceta en mí, existe. Está ahí, pero remite con el tiempo. Remite con el tiempo. Remite con el tiempo. Y si mi familia la menciona con algún ejemplo, de mis actos (es decir, actuaciones), yo me enfado mucho y digo que ya no me pasa y que necesito que confíen en mi nueva y flamante madurez, que es la que me mantiene viva.
Pero luego pongo el canal 7 a cualquier hora en horario no-porno y las chicas de mi edad están bailando "baile moderno" casi en bolas sobre el escenario local, en la exhibición fin de curso de su escuela de danza, local, y yo, sentada en el sofá, sola, vuelvo a ser yo, en el más fracasado sentido de la palabra. Y no saldría a bailar en grupo y semidesnuda nunca, pero no se trata de eso.
Pero la sensación es mucho peor cuando la noto en otros.